Un ejemplo de cómo aprender es enriquecerse como persona y nos lleva a las estrellas


Hay pocos valores más importantes que padres, profesores y sociedad en general podamos inculcar a los niños y jóvenes que la curiosidad por aprender. No sólo “el estudio”, visto desde un punto de vista académico, sino también y sobre todo, desde el aspecto de querer aprender por aprender. De enriquecer su bagaje cultural, de tomar todos los elementos a su alrededor para hacerse personas más sabias, empáticas y positivas.

Evidentemente, si se despierta este amor por el conocimiento y por la idea de aprender, el costado académico del aprendizaje también se verá beneficiado. Un niño que se siente apasionado por descubrir nuevas cosas, asimilará mucho mejor todo aquello que sus profesores intenten transmitirle en la escuela. Participará en las clases y podrá beneficiarse más de las temáticas abordadas en cada asignatura.

Todo ello es un buen motor para el pensamiento creativo. Descubrir, conocer, aprender, son bases para poder imaginar, crear e innovar. Los descubrimientos científicos, las mejoras tecnológicas, las propuestas que buscan mejorar la calidad de vida de los demás, no pueden surgir en el vacío. Hacen falta años de formación y de pasión por aprender.

No es cuestión sólo de contar con los recursos y el entorno adecuado para crear. Este pequeño grano de curiosidad y pasión por el aprendizaje debe haber germinado en una persona desde que era un niño. El entorno propicio para que el árbol dé frutos, es sin duda una formación académica que permita la expresión creativa y aporte el espacio para que cada estudiante se manifieste y proponga soluciones a problemas sociales y técnicos, siempre buscando hacer mejor la vida de la sociedad en general.

Sólo como ejemplo, podemos ver que la “frontera” de nuestro mundo se va haciendo más amplia y lejana. Muchos científicos y estudiantes en distintas latitudes investigan cómo lograr que personas comunes y corrientes puedan acceder a la frontera del espacio. ¿Suena de ciencia ficción? Quizás un poco, pero es una alternativa real y que se siente cercana en el tiempo y absolutamente real (aunque en un primer momento sería un poco caro). Se trata de cápsulas ergonómicas que llegarán a la frontera de la estratósfera, a una altura tres veces mayor que la que alcanza cualquier avión en la actualidad. ¿Los puntos increíbles? Que podrán llevar pasajeros: visitantes sin experiencia, personas comunes y corrientes, y también que no usará combustible alguno. Se utilizará una especie de globo de helio que no producirá contaminación alguna. 

¿Podemos imaginar cómo, en los innovadores jóvenes especialistas en ingeniería y diseño nació la idea de crear un proyecto tan inspirador? Sin duda alguna la curiosidad, las ganas de aprender y mejorar están ahí en el centro de todo. Este valor positivo es sin duda alguna un elemento a fomentar en la juventud y quién sabe hasta dónde pueda llevarnos… ¿a las estrellas?

(Para conocer más sobre este increíble proyecto, es posible visitar la página de la empresa Zero Infinity y la de los estudiantes de diseño en Barcelona que han participado para llevarlo adelante).

Un ejemplo de cómo aprender es enriquecerse como persona y nos lleva a las estrellas Un ejemplo de cómo aprender es enriquecerse como persona y nos lleva a las estrellas Reviewed by Zona Positiva on 12/02/2016 Rating: 5
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